
Mesa de trabajo
por la
soberanía en las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, mares
adyacentes, Antártida Argentina y por el relevamiento de nuestras 350 millas
Debates
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¿De la
mano de Kirchner volveremos a Malvinas?
por Eduardo Mariano Lualdi, coordinador
nacional del FPyP
Diputados
del Frente para la Victoria
y de la
Concertación Plural kirchnerista han presentado un proyecto
de resolución en la
Cámara de Diputados de la Nación con el título de “Primer Raid
Motonáutico a las Islas Malvinas", a realizarse el día 2 de abril de 2009,
en Río Grande, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico
Sur, con destino a la Isla
Gran Malvina”. Se trata del Proyecto de Resolución Nº
4439-D-2008, con fecha 21 de agosto del corriente. Fue presentado por los
diputados nacionales Rubén Darío Sciutto, Ramón Ruiz, Norberto Pedro Erro,
Osvaldo Rubén Salum y Maria Del Carmen Rico todos ellos integrantes del
oficialismo kirchnerista. No valoramos aquí el espíritu ni las intenciones que
inspiraron la propuesta. Lo que analizamos son sus consecuencias políticas.
Fue
el Diputado Nacional patrocinante Rubén Sciutto quien,
junto a Mariel
Calchaquí y Leonardo Gorbacz, —de acuerdo a lo publicado por el periódico de
Tierra del Fuego “Diario del Fin del Mundo” del 20 de agosto del
corriente—, propuso que la
Argentina no presente el relevamiento de la plataforma de Malvinas y la Antártida. Se
trata justamente de las dos zonas que sabemos no han sido relevadas por el gobierno
de los Drs. Kirchner, y las que será muy difícil hacerlo dado el escaso tiempo
de que dispone nuestro país para culminar los trabajos y la sistematización de
los datos.
La férrea disciplina del kirchnerismo no permite iniciativa
política propia. Ni el proyecto presentado por los diputados kirchneristas antes
mencionados, ni la propuesta formalizada por Sciutto, Calchaquí y Gorbacz de no presentar el relevamiento de la plataforma de Malvinas y la Antártida pueden haber salido
sin la aprobación de los Drs. Néstor
Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
El problema político y estratégico
fundamental es que en mayo de 2009 vence el plazo para la presentación de los
trabajos del relevamiento del talud de la plataforma continental argentina. Este es el
problema del que no debemos apartar la vista: Gran Bretaña, que cuenta con el
apoyo de la UE, ya
anunció que aspira a usurpar más de 3 millones de kilómetros cuadrados de territorio
argentino. Malvinas, San Pedro (Georgias del Sur), Sándwich del Sur, mares
adyacentes y Sector Antártico Argentino y el talud de la plataforma continental
de Malvinas y Antártida, son su objetivo público y explícito. Zona rica en
petróleo, gas, pesca, nódulos polimetálicos, agua dulce y en una ubicación
estratégica para los dispositivos militares de una posible confrontación entre
las potencias imperialistas que disputan el dominio de pueblos y naciones.
Si el
gobierno argentino no presenta ese relevamiento, en tiempo y forma, Inglaterra,
que ya anunció que si lo hará, quedará en inmejorables condiciones para
consolidar sus pretensiones, y la
Argentina quedará en las peores para sostener las suyas. Existen
graves y fundadas sospechas de que el gobierno no ha garantizado la realización
de ese relevamiento. Si no lo hace antes de la fecha de su vencimiento en mayo,
provocará un daño muy serio a los legítimos derechos nacionales sobre la
región. No importa cuáles fueren las “razones” (¿desidia?, ¿ideas de que es
imposible disputar con los ingleses?, ¿negociaciones petroleras?).
Dijimos en nuestra solicitada del 21
de enero de 2008: “La
Argentina aún no ha presentado su estudio de límites ante la ONU. Hasta hoy se
desconoce el total de kilómetros relevados y la sistematización de los datos.
La presentación de dicho relevamiento ante dicha Comisión, vence en mayo de
2009 y sus resoluciones son inapelables. La no presentación de dicho
relevamiento implicaría la pérdida de nuestro derecho a las 350 millas de manera
indefectible. La presentación tardía o incompleta o posterior a la británica
privaría al país de la iniciativa y lesionaría, debilitaría o disminuiría los
intereses del país.” El subrayado es nuestro.
La política del matrimonio Kirchner
con el imperialismo inglés es conocida. Nadie puede imaginar que quien le
entregó Cerro Dragón, nuestra reserva estratégica de petróleo hasta su
agotamiento, a Panamerican, una empresa cuya mayoría esta en manos de la British Petroleum,
se haya convertido, como por arte de magia, en una patriota malvinero,
dispuesto a encabezar la lucha anticolonial. ¡Si Néstor Kirchner le dijo a un
diario británico, The Guardian, que la reconquista patriótica del 2 de
abril de 1982 fue una “cobarde agresión”! Así pues, no abundaremos en
estos argumentos, los que por otra parte pueden encontrarse en todos y cada uno
de los documentos que hemos ido publicando a lo largo de estos años sobre la
cuestión Malvinas.
Los diputados nacionales Rubén Darío
Sciutto, Ramón Ruiz, Norberto Pedro Erro, Osvaldo Rubén Salum y Maria Del
Carmen Rico al presentar el proyecto de Resolución en la Cámara de Diputados,
han transformado esta iniciativa en una cuestión de Estado. Ellos saben que la
propuesta de enfilar naves hacia la Gran Malvina implica un tema de relaciones
exteriores con el usurpador británico. Es lógico, entonces, que nuestro
ministerio de Relaciones Exteriores esté al tanto de esta iniciativa, y que
mediante mecanismos institucionales haya sido consultado a sus efectos. Algunas
personas —creemos que legítimamente entusiasmadas con la idea de ir a Malvinas—,
han dicho en algunas reuniones que la iniciativa cuenta con el “guiño” de la
cancillería, anuncian el arribo de centenares de embarcaciones a Tierra del
Fuego, e incluso, sostuvieron, que una fragata, con la que solo cuenta la Armada Argentina,
acompañaría las naves participantes del
“Raid” en los primeros tramos rumbo a la Gran Malvina.
Si esto
es así, estaríamos asistiendo a un juego de guerra anunciado, promocionado y financiado
por el kirchnerismo.
¿Cuál
sería su finalidad política? Sería la ruptura de los acuerdos que la Argentina firmó en
octubre de 1989 y febrero de 1990, los llamados Acuerdos de Madrid. Pero estos
Acuerdos, que venimos denunciando, son defendidos a rajatabla por la diplomacia
argentina. El gobierno de los Drs. Kirchner entiende que estos Acuerdos son el
marco adecuado para encauzar las negociaciones con el usurpador británico.
Nosotros caracterizamos esos Acuerdos de Madrid como la firma de la rendición
incondicional, y vigente a la fecha, suscripta por el menemato y su ministro
Cavallo.
Los
diputados oficialistas saben que tal iniciativa tiene necesariamente que
ser negociada con los ingleses en concordancia con los Acuerdos mencionados.
Suponemos que si esta iniciativa que impulsan los diputados K tiene alguna posibilidad
de concretarse, ya la diplomacia argentina está en conversaciones off
the record con su par británica, dado que cualquier movimiento de una nave
argentina en aquellas latitudes, debe ser anunciado con antelación a los
británicos y obviamente, contar con su autorización.
Si no
hubo ni hay voluntad política en el gobierno para romper con los Acuerdos que
significaron la “rendición incondicional”, si ni siquiera, hasta hoy, se retoma
la tradición, abandonada por el Dr. Menem, de presentar para su votación
la cuestión Malvinas en la Asamblea General de la Naciones Unidas,
todo lleva a suponer que el kirchnerismo necesita de una espesa cortina de
humo para ocultar la no presentación, o la presentación parcial y/o
defectuosa del relevamiento de la plataforma, con lo que consumaría la entrega
del Atlántico Sur.
La
tarea de los argentinos, a nuestro humilde entender, es hoy y ahora defender nuestro territorio de la voracidad
imperialista, reclamando se vuelva a plantear el tema de Malvinas en la Asamblea General
de las Naciones Unidas para su votación como se hizo exitosamente hasta 1989,
exigir la denuncia de los Acuerdos de Madrid de 1989 y 1990, la convocatoria a
un gran debate nacional para consensuar una nueva política de Estado para
Malvinas y el Atlántico Sur, y exigir al gobierno de los Drs. Kirchner, presentar en debida
forma y tiempo los resultados del relevamiento del talud de nuestra Plataforma
Continental, para lograr de esta forma, la soberanía de sus recursos
subyacentes y la proyección marítima hasta las 350 millas náuticas.