Mesa de trabajo

por la soberanía en las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, mares adyacentes, Antártida Argentina y por el relevamiento de nuestras 350 millas

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El Diablo se esconde en los detalles

 

por Eduardo Mariano Lualdi,

Coordinador Nacional del Foro Patriótico y Popular

6 de octubre de 2008

 

Ley de la Carta, sustituyese el texto de la Ley n° 12.696,
prorrogada por la Ley N° 19.278

Artículo 1º - La representación del Territorio Continental, Insular y Antártico de la República Argentina, editada en el país en forma literaria o gráfica con cualquier formato y finalidad, así como la proveniente del extranjero destinada a ser distribuida en el país, deberá ajustarse estrictamente a la cartografía oficial establecida por el Poder Ejecutivo Nacional a través del Instituto Geográfico Militar.

Distintos medios nacionales y numerosos ciudadanos han criticado y repudiado con soberana razón al ministerio de Defensa, por publicar en su Revista un mapa inglés sobre el territorio de Malvinas, San Pedro (Georgias del Sur), Santiago (Sándwich del Sur) y otros espacios de soberanía argentina.

El ministerio de Defensa sostuvo que el error se debió a un mapa “que se bajó de Internet”, con lo que se deja establecido que para éste organismo oficial —y nos preguntamos para cuántos otros— la cartagrofía argentina depende de la ventura de la Web.

Curiosamente, del ministerio de Defensa depende el Instituto Geográfico Militar, el único organismo en condiciones de aprobar o desaprobar la edición de cualquier mapa de la Nación Argentina. Es el organismo al que, resulta obvio, deberían recurrir los responsables del área de Defensa cuando desean difundir cualquier mapa de nuestro país, en cualquier folleto, revista, etc.

Según reza en su página Web, el Instituto debe “Entender en la planificación, programación, ejecución, control, fiscalización y asesoramiento de la actividad geográfica, a nivel nacional, a fin de satisfacer los objetivos y políticas establecidas por el Poder Ejecutivo Nacional, contribuyendo a una eficaz definición y representación de la soberanía territorial Argentina.”

Evidentemente la Dra. Garré no lo sabe, no lo tiene en cuenta o directamente no le interesa.

No fue ésta la primera vez que ocurrió el “desliz”. En nuestro artículo “Fue sin querer queriendo” del 17 de septiembre del corriente, señalamos que el folleto del “Ciclo Anual de Conferencias sobre Intereses Marítimos de la República Argentina y la Defensa Nacional “Almirante Storni”, del 21 de agosto de 2008, estaba ilustrado con un mapa inglés, en el que dice con absoluta claridad Falkland Islands, Port Stanley. Se trata de este mapa el que acaba de republicar el ministerio en su revista oficial. Es una reiteración de la afrenta.

No  se trata de un error producto del merodeo irresponsable de un chambón ocasional por la Web en busca de mapas de la Argentina. Simplemente ocurre que una política que nunca consideró a Malvinas como una causa justa, que la ha despreciado siempre, tiene que producir estos hechos que son como forúnculos que exponen la podredumbre.

Estos “errores” y otros dichos y actuaciones, desnudan la esencia de la política exterior del gobierno para la cuestión Malvinas. Por eso sentencia el refrán que el diablo se esconde en los detalles.

Así, en su momento, para el Dr. Kirchner la recuperación patriótica de nuestras Islas Malvinas no fue tal, sino una “cobarde agresión”; para la Dra. Garré, el 14 de junio debe ser la fecha correspondiente para conmemorar la Guerra de Malvinas; para la Dra. Pfirter, la Argentina tiene con Gran Bretaña un problema de límites y no de ocupación militar colonial, y la para la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, Gran Bretaña “es una de las principales naciones del mundo en la defensa de la libertad, de los derechos humanos y de la democracia”, dicho esto al reclamar negociaciones sobre el enclave colonial Malvinas en manos del usurpador británico. Esta verdad usada por la Dra. Kirchner, pierde su sentido dicha en medio del elogio al imperialismo inglés, así como resulta poco creíble cuando el kirchnerismo sostiene y defiende todos los Acuerdos, Tratados y convenios económicos que han servido para consolidar la posición del usurpador y debilitar los intereses argentinos. Hasta ahora no hay ningún elemento que permita considerar que aquella frase lanzada en la Asamblea de las Naciones Unidas, encontrará respaldo en medidas que venimos solicitando para torcer el rumbo de una diplomacia y una Defensa acomodadas a los intereses británicos.

Por otra parte, cabe señalar que el colonialismo —y en especial el colonialismo británico—, es incompatible con la defensa de la libertad, los derechos humanos y la democracia. Cientos de naciones y pueblos oprimidos por el imperialismo británico, millones de asesinados por sus ejércitos mercenarios, entre ellos nuestros 649 héroes de Malvinas, son una prueba elocuente de esto que decimos. Inglaterra, como todas las potencias imperialistas y colonialistas, es la antítesis de la defensa de la libertad, los derechos humanos y la democracia.

Quienes venimos batallando contra la posición oficial que niega el carácter de ocupación militar colonial y lo reemplaza por un diferendo de límites equiparado a situaciones que podríamos tener con naciones suramericanas hermanas, preferimos aquellas palabras que el poeta León Felipe le dedicó a Gran Bretaña en su famoso poema escrito en Valencia en 1937:

INGLATERRA,

eres la vieja Raposa avarienta,

que tiene parada la Historia de Occidente hace más de tres siglos,

y encadenado a Don Quijote.

Cuando acabe tu vida

y vengas ante la Historia grande

donde te aguardo yo,

¿qué vas a decir?

¿Qué astucia nueva vas a inventar entonces para engañar a Dios?

 

¡Raposa!

¡Hija de raposos!

Italia es más noble que tú

Y Alemania también.

En su rapiña y en sus crímenes

hay un turbio hálito nietzscheano de heroísmo, en el que no pueden respirar los mercaderes,

un gesto impetuoso y confuso de jugárselo todo a la última carta,

que no pueden comprender los hombres pragmáticos.

Cuando abran sus puertas a los vientos del mundo,

cuando las abran de par en par

y pase por ellas la justicia

y la democracia heroica del hombre,

yo pactaré con las dos para echar sobre tu cara de vieja raposa sin dignidad y sin amor,

toda la saliva y todo el excremento del mundo.

¡Vieja raposa avarienta,

has escondido,

soterrada en el corral,

la llave milagrosa que abre la puerta diamantina de la Historia....

¡No sabes nada!

¡No entiendes nada y te metes en todas las casas a cerrar las ventanas

y a cegar la luz de las estrellas!

¡Y los hombres te ven y te dejan!

Te dejan porque creen que se le han acabado los rayos a Júpiter.

Pero las estrellas no duermen.

Tu imperio es solo una torre artificiosa de ambiciones encadenadas

que se las llevará el viento como las cuentas vencidas de un avaro monstruoso.

A la larga, la Historia es mía, porque yo soy el Hombre

y tú eres sólo un trust de mercaderes.

Vieja raposa avarienta,

has amontonado tu rapiña detrás de la puerta,

y tus hijos ahora no pueden abrirla para que entren

los primeros rayos de la aurora del mundo...

¡Eres un gran mercader!

¡Eres un gran mercader!

Sabes llevar muy bien

las cuentas de la cocina

y piensas que yo no sé contar.

¡Sí, sé contar!

He contado mis muertos.

Los he contado a todos,

los he contado uno por uno.

Los he contado en Madrid,

los he contado en Oviedo,

los he contado en Málaga,

los he contado en Guernica,

los he contado en Bilbao....

Los he contado en todas las trincheras;

en los hospitales,

en los depósitos de los cementerios,

en las cunetas de las carreteras,

en los escombros de las casas bombardeadas

(resbalando en la sangre,

tanteando en las sombras y en las ruinas).

Contando muertos este otoño, en el Paseo del Prado,

creí una noche que caminaba sobre barro, y eran sesos humanos

que llevé por mucho tiempo pegado a las suelas de mis zapatos.

Los he contado en las plazas y en los parques.

He visto a un niño con la cabeza rota y doblada sobre un velocípedo,

en una plaza solitaria, cuando todos habían huido a los refugios.

El 18 de noviembre, solo en un sótano de cadáveres,

conté trescientos niños muertos.

Los he contado en los carros de las ambulancias,

en los hoteles,

en los tranvías,

en el metro,

en las mañanas lívidas, en las noches negras sin alumbrado y sin estrellas.....

Y en tu conciencia todos ¡Raposa!....

y todos te los he cargado a tu cuenta.....

¡Ya ves si sé contar!

Eres la vieja portera del mundo de Occidente...

Tienes desde hace mucho tiempo las llaves de todos los postigos de Europa,

Y puedes dejar entrar y salir por ellos a quien se te antoje.

Y ahora por cobardía,

Por cobardía y avaricia nada más,

Porque quieres guardar tu despensa hasta el último día de la Historia,

has dejado meterse en mi solar

a los raposos y a los lobos confabulados del mundo

para que se sacien en mi sangre

y no pidan enseguida la tuya.

Pero ya la pedirán,

ya la pedirán las estrellas.

La Historia es larga,

el Hombre eterno,

y tu eres sólo la sombra pasajera de la avaricia.

Oye, Raposa:

Yo soy el grito primero, cárdeno y bermejo de las grandes auroras de Occidente.

Ayer sobre mi sangre mañanera, el mundo burgués edificó en América

todas sus factorías y mercados.

Sobre mis muertos de hoy, el mundo de mañana levantará

la Primera casa del Hombre.

Y yo volveré,

volveré porque aún hay lanzas y hiel sobre la Tierra.

Volveré,

volveré con mi pecho y con la aurora otra vez.