Mesa de trabajo por la soberanía en las Islas Malvinas, Georgias
del Sur, Sándwich del Sur, mares adyacentes, Antártida Argentina y por el
relevamiento de nuestras Debates
El
Diablo se esconde en los detalles
por
Eduardo Mariano Lualdi,
Coordinador
Nacional del Foro Patriótico y Popular
6 de
octubre de 2008
Ley de
prorrogada por
Artículo 1º - La representación del Territorio Continental, Insular y Antártico
de
Distintos medios nacionales y numerosos ciudadanos han
criticado y repudiado con soberana razón al ministerio de Defensa, por publicar
en su Revista un mapa inglés sobre el territorio de Malvinas, San Pedro
(Georgias del Sur), Santiago (Sándwich del Sur) y otros espacios de soberanía
argentina.
El ministerio de Defensa sostuvo que el error se debió
a un mapa “que se bajó de Internet”, con lo que se deja establecido que
para éste organismo oficial —y nos preguntamos para cuántos otros— la
cartagrofía argentina depende de la ventura de
Curiosamente, del ministerio de Defensa depende el
Instituto Geográfico Militar, el único organismo en condiciones de aprobar o
desaprobar la edición de cualquier mapa de
Según reza en su página Web, el Instituto debe “Entender
en la planificación, programación, ejecución, control, fiscalización y asesoramiento
de la actividad geográfica, a nivel nacional, a fin de satisfacer los objetivos
y políticas establecidas por el Poder Ejecutivo Nacional, contribuyendo a una
eficaz definición y representación de la soberanía territorial Argentina.”
Evidentemente
No fue ésta la primera vez que ocurrió el “desliz”. En
nuestro artículo “Fue sin querer queriendo” del 17 de septiembre
del corriente, señalamos que el folleto del “Ciclo Anual de Conferencias
sobre Intereses Marítimos de
No se trata de
un error producto del merodeo irresponsable de un chambón ocasional por
Estos “errores” y otros dichos y actuaciones, desnudan
la esencia de la política exterior del gobierno para la cuestión Malvinas. Por
eso sentencia el refrán que el diablo se esconde en los detalles.
Así, en su momento, para el Dr. Kirchner la
recuperación patriótica de nuestras Islas Malvinas no fue tal, sino una “cobarde
agresión”; para
Por otra parte, cabe señalar que el colonialismo —y en
especial el colonialismo británico—, es incompatible con la defensa de la
libertad, los derechos humanos y la democracia. Cientos de naciones y pueblos
oprimidos por el imperialismo británico, millones de asesinados por sus
ejércitos mercenarios, entre ellos nuestros 649 héroes de Malvinas, son una
prueba elocuente de esto que decimos. Inglaterra, como todas las potencias
imperialistas y colonialistas, es la antítesis de la defensa de la libertad,
los derechos humanos y la democracia.
Quienes venimos batallando contra la posición oficial
que niega el carácter de ocupación militar colonial y lo reemplaza por un
diferendo de límites equiparado a situaciones que podríamos tener con naciones
suramericanas hermanas, preferimos aquellas palabras que el poeta León Felipe
le dedicó a Gran Bretaña en su famoso poema escrito en Valencia en 1937:
INGLATERRA,
eres la vieja Raposa avarienta,
que tiene parada
y encadenado a Don Quijote.
Cuando acabe tu vida
y vengas ante
donde te aguardo yo,
¿qué vas a decir?
¿Qué astucia nueva vas a inventar entonces para engañar
a Dios?
¡Raposa!
¡Hija de raposos!
Italia es más noble que tú
Y Alemania también.
En su rapiña y en sus crímenes
hay un turbio hálito nietzscheano de heroísmo, en el
que no pueden respirar los mercaderes,
un gesto impetuoso y confuso de jugárselo todo a la
última carta,
que no pueden comprender los hombres pragmáticos.
Cuando abran sus puertas a los vientos del mundo,
cuando las abran de par en par
y pase por ellas la justicia
y la democracia heroica del hombre,
yo pactaré con las dos para echar sobre tu cara de
vieja raposa sin dignidad y sin amor,
toda la saliva y todo el excremento del mundo.
¡Vieja raposa avarienta,
has escondido,
soterrada en el corral,
la llave milagrosa que abre la puerta diamantina de
¡No sabes nada!
¡No entiendes nada y te metes en todas las casas a
cerrar las ventanas
y a cegar la luz de las estrellas!
¡Y los hombres te ven y te dejan!
Te dejan porque creen que se le han acabado los rayos a
Júpiter.
Pero las estrellas no duermen.
Tu imperio es solo una torre artificiosa de ambiciones
encadenadas
que se las llevará el viento como las cuentas vencidas
de un avaro monstruoso.
A la larga,
y tú eres sólo un trust de mercaderes.
Vieja raposa avarienta,
has amontonado tu rapiña detrás de la puerta,
y tus hijos ahora no pueden abrirla para que entren
los primeros rayos de la aurora del mundo...
¡Eres un gran mercader!
¡Eres un gran mercader!
Sabes llevar muy bien
las cuentas de la cocina
y piensas que yo no sé contar.
¡Sí, sé contar!
He contado mis muertos.
Los he contado a todos,
los he contado uno por uno.
Los he contado en Madrid,
los he contado en Oviedo,
los he contado en Málaga,
los he contado en Guernica,
los he contado en Bilbao....
Los he contado en todas las trincheras;
en los hospitales,
en los depósitos de los cementerios,
en las cunetas de las carreteras,
en los escombros de las casas bombardeadas
(resbalando en la sangre,
tanteando en las sombras y en las ruinas).
Contando muertos este otoño, en el Paseo del Prado,
creí una noche que caminaba sobre barro, y eran sesos
humanos
que llevé por mucho tiempo pegado a las suelas de mis
zapatos.
Los he contado en las plazas y en los parques.
He visto a un niño con la cabeza rota y doblada sobre
un velocípedo,
en una plaza solitaria, cuando todos habían huido a los
refugios.
El 18 de noviembre, solo en un sótano de cadáveres,
conté trescientos niños muertos.
Los he contado en los carros de las ambulancias,
en los hoteles,
en los tranvías,
en el metro,
en las mañanas lívidas, en las noches negras sin
alumbrado y sin estrellas.....
Y en tu conciencia todos ¡Raposa!....
y todos te los he cargado a tu cuenta.....
¡Ya ves si sé contar!
Eres la vieja portera del mundo de Occidente...
Tienes desde hace mucho tiempo las llaves de todos los
postigos de Europa,
Y puedes dejar entrar y salir por ellos a quien se te
antoje.
Y ahora por cobardía,
Por cobardía y avaricia nada más,
Porque quieres guardar tu despensa hasta el último día
de
has dejado meterse en mi solar
a los raposos y a los lobos confabulados del mundo
para que se sacien en mi sangre
y no pidan enseguida la tuya.
Pero ya la pedirán,
ya la pedirán las estrellas.
el Hombre eterno,
y tu eres sólo la sombra pasajera de la avaricia.
Oye, Raposa:
Yo soy el grito primero, cárdeno y bermejo de las
grandes auroras de Occidente.
Ayer sobre mi sangre mañanera, el mundo burgués edificó
en América
todas sus factorías y mercados.
Sobre mis muertos de hoy, el mundo de mañana levantará
Y yo volveré,
volveré porque aún hay lanzas y hiel sobre
Volveré,
volveré con mi pecho y con la aurora otra vez.